Fiel a los entrenadores argentinos, Chile apostó por Juan Antonio Pizzi para frenar el temporal que desató la salida de Jorge Sampaoli e intentar mantener el protagonismo que lo llevó a gritar campeón en la pasada Copa América.

Diez días después de que la novela Sampaoli llegara a su fin -con su salida en medio del repudio de un sector de la hinchada que no le perdona que dejara al equipo a la deriva- la Federación del fútbol chileno (ANFP) sorprendió y en un día amarró a Pizzi.

"Pizzi es el hombre que mejor puede conducir a la selección en estos momentos", dijo el vicepresidente de la ANFP Andrés Fazio, horas después de conseguir el sí del argentino nacionalizado español.

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Un 'sí' esquivo para el fútbol chileno que antes de llegar a un acuerdo con Pizzi soportó la incertidumbre de que sus principales candidatos -Marcelo Bielsa y Eduardo Berizzo, ambos albicelestes- declinaran tomar el equipo.

En plena temporada y con problemas económicos a la interna de la ANFP -tras la salida escandalosa de su expresidente Sergio Jadue, implicado en la corrupción que envuelve a la Conmebol- la dirigencia apostó por un entrenador que conoce al medio chileno y que pese a tropiezos logró hilvanar una interesante trayectoria como DT.

El exgoleador del Barcelona tendrá desde el banquillo chileno el desafío de imprimir su personalidad al equipo, sin perder la característica ofensiva que ganó en la última década de la mano de Bielsa y Sampaoli.

Para lograrlo necesita que las figuras del equipo como Alexis Sánchez y Arturo Vidal mantengan su nivel y la motivación que se esfumó en los últimos dos partidos de la carrera rumbo al Mundial Rusia-2018 en los que empataron con Colombia y sufrieron una dolorosa caída ante Uruguay.

Con los fantasmas de actos de indisciplina rondando en la afición -en especial el accidente que protagonizó Vidal en plena Copa, al estrellar su Ferrari por manejar ebrio- el nuevo entrenador tendrá la presión extra de demostrar que tiene bajo control al equipo.

En lo táctico, Pizzi ha cambiado a lo largo de su carrera convencido de que los jugadores son los protagonistas y en el último tiempo en el León repitió en varios duelos un 4-4-2 que privilegia la subida de sus mediocampistas, una tarea a la que podría adaptarse a las maravillas el 'Mago' Jorge Valdivia.

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