Es una realidad que muchos chicos dejan materias para febrero. Y esto constituye un dilema para las familias en vacaciones. ¿Qué hacer con esta situación? El doctor Javier Leiro nos da algunas recomendaciones. Por Yvelice Villalba.

Siempre que un chico deja materias pendientes para febrero, se produce una minicrisis familiar porque suele ser fuente de planteamientos de numerosas situaciones. Los mismos padres suelen plantearse si la culpa no será de ellos. Se preguntan si no fueron buenos modelos, o si no hicieron un buen control con sus chicos. Piensan que el hijo no estudió lo suficiente, o talvez sospechen que la causa posible fue falta de madurez o de responsabilidad.

¿Cómo se puede revertir esta situación que preocupa? Javier Leiro, psicólogo y doctor en Educación, recomienda el apoyo al estudio a través de profesores particulares, o el apoyo psicopedagógico o psicológico, hasta ajustar los horarios y días de estudios. "Una multitud de situaciones aparecen y convergen en la búsqueda de un resultado. Lo lógico es evaluar la situación adecuadamente –el porqué del fracaso– y tomar las medidas oportunas. Una ayuda profesional suele ser muy adecuada para encontrar las causas y planificar las estrategias", señala el profesional.

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¿SIN VACACIONES?

Para el especialista, no quedan dudas: "Desde todas las formas como se evalúe el problema. Tanto si ha existido ausencia de responsabilidad en el estudio, como si los problemas vienen de la falta de planificación, como si vienen de problemas cognitivos, de atención, de memorización o clínicos. De cualquiera de las formas, el chico debe obligatoriamente tomarse unas vacaciones", dice.

E insiste: "Las vacaciones son reparadoras del desgaste del año. Sea cual fuere el desgaste realizado es un desgaste, mayor o menor. El chico debe comprender que hay tiempos en su vida. Tiempo de estudio y tiempo de descanso. Debe habituarse a estos tiempos", explica Leiro.

"Lo que hay que tener en cuenta es que los tiempos de vacaciones no van a poder ser iguales para una persona que pasó todas sus materias en noviembre y para otra que dejo 5 para febrero. Esta última tendrá, lógicamente, menor tiempo de vacaciones (por ejemplo, hasta el 10 de enero) y después debe retomar el estudio para los exámenes de febrero".

CASTIGO

Es un error, por lo tanto, que se obligue al chico a estudiar apenas terminaron los exámenes, y esto suele hacerse frecuentemente como castigo. "La ayuda profesional va a depender del caso, pero hay que tener siempre en cuenta que el profesional no puede actuar como un servicio de urgencias, vale decir que su trabajo se verá debilitado si se le exigen resultados a corto plazo (exámenes). Un buen proceso se inicia con una buena evaluación y un trabajo a mediano plazo, por eso recomiendo la ayuda terapéutica coincidiendo con el inicio del año escolar, para poder solucionar los problemas que aparezcan mucho antes de las notas finales", explica el psicólogo.

¿CUÁNDO EMPEZAR?

Teniendo en cuenta que los exámenes suelen presentarse entre el 6 y 20 de febrero, una buena fecha de inicio sería el 10 de enero, es decir un mes antes de las pruebas. "Un mes es absolutamente suficiente si se realiza con responsabilidad y estructura. Pero si se carece de planificación, ni tres meses podrían ser suficientes".

LAS CAUSAS DEL FRACASO ESCOLAR

Los motivos pueden pertenecer tanto al campo orgánico o sensorial, como al psicoafectivo, familiar o social, siendo cada vez mayor el índice de escolares afectados, de acuerdo a las explicaciones dadas por el profesional. "Casi el 20% de la población infantil lo padece, de allí la importancia de la detección precoz y la ayuda profesional en el caso de que sea requerida", resalta el doctor Leiro.

EN NIÑOS

Cuando los niños empiezan a transitar la enseñanza primaria es cuando empiezan a dar la cara de verdad a los problemas escolares, porque deben cumplir unas normas básicas de convivencia y comportamiento dentro del aula, las que no siempre les son fáciles de alcanzar.

Además, deben prestar atención a las indicaciones del maestro. Esto puede llegar a ser un reto inalcanzable para un chico que tenga problemas de hiperactividad o falta de atención.

Es en este periodo cuando los profesores, bien formados, empiezan a detectar dificultades en algunos chicos y comunican a los padres de la necesidad de evaluaciones educativas, psicopedagógicas o neurológicas.

Los problemas escolares más frecuentes a esta edad son estos: Trastorno por déficit de atención y/o hiperactividad (TDAH), la dislexia y los trastornos del lenguaje.

EN LA ADOLESCENCIA

En los adolescentes también es frecuente la aparición de los problemas escolares, es decir chicos con problemas de concentración que no han tenido otras dificultades importantes fuera de la escuela. Siempre han pasado desapercibidos porque salvo que les ha costado estudiar, no han dado otro problema.

Cuando hay problemas de hiperactividad o impulsividad pueden detectarse rápido por las situaciones conflictivas que se producen en casa o el colegio, pero cuando el problema es exclusivamente de déficit de atención, el diagnóstico puede demorarse años.

¿Cómo detectarlos?

Se deberán considerar las siguientes variables:

-Diagnóstico de la inteligencia (inteligencia, personalidad, ambiente y técnicas de trabajo)

-Diagnóstico de la personalidad

-Orientación de los hábitos de trabajo y estudio

Javier Leiro, psicólogo. Foto: ARCHIVO.

3 tips para evitar el fracaso escolar

1.- EL AMBIENTE FAMILIAR:

Es fundamental que los pequeños crezcan en un ambiente que les estimule. El papel de la familia es muy importante. Los valores y los modelos que les transmita la familia van a ser cruciales en sus intereses y hábitos, así como en su forma de actuar.

2. LA AUTOESTIMA :

Cuando los niños tienen una baja autoestima académica, siempre tenderán al fracaso escolar. Las malas notas hacen que se perciban a ellos mismos como menos competentes, como más débiles, incapaces de alcanzar el nivel. Esto tiene el efecto de un círculo vicioso, pues conlleva desinterés y prefieren no intentarlo para no fracasar.

3. LA MOTIVACIÓN:

Para hacer algo, hay que querer hacerlo, si los pequeños no están motivados por el aprendizaje académico, les costará alcanzar un rendimiento adecuado.

Mas info: Javier Leiro Murdoch es master en Psicología Clínica y doctor en Educación. Para consultas visitar su página web: www.clinicajavierleiro.com

FUENTE: VIDA + FAMILIA (Suplemento especial de los sábados, del diario LA NACIÓN)

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