Pese a que en los últimos meses sufrió varios reveses en su intento de expandir el califato, Estado Islámico (EI) no detiene sus ejecuciones. Esta vez, el asesinato de Ruqia Hassan, la única periodista mujer que se animó a describir con su crónicas la vida en Raqqa, bastión de los jihadistas en Siria, conmovió en las redes sociales a quienes compartían sus artículos en Facebook y Twitter.

Hassan, de origen kurdo y de 30 años, fue ejecutada en Raqqa por militantes de EI luego de ser acusada de "espionaje". Su muerte fue en septiembre pasado, pero EI notificó a su familia apenas esta semana, según informan activistas sirios.

En uno de sus últimos mensajes en Facebook, la periodista criticó a la organización jihadista por bloquear todos los enlaces de Wi-Fi en la ciudad: "Corten el servicio de Internet, las palomas mensajeras estarán contentas", ironizó.

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La muerte de Hassan desencadenó una ola de indignación y estupor en las redes sociales, donde muchos tildaron de "cobardes" a los jihadistas y compartieron una foto de la periodista, sonriente, bajo un hijab negro y con su mirada concentrada en la cámara.

"Estoy en Raqqa y recibí amenazas de muerte. Cuando EI me arreste y me mate no estará tan mal, porque me cortarán la cabeza y tengo dignidad. Es mejor esto que vivir bajo la humillación de EI", escribió en uno de sus últimos tuits, que fue reproducido por Abu Mohammed, uno de los fundadores de una organización de resistencia a la ocupación jihadista.

La historia de la vida de Hassan fue contada por algunos activistas locales citados por la asociación de periodistas Syria Direct y reproducida por medios británicos. Fue definida como "una valiente ciudadana periodista" que difundió sus crónicas en la Red a veces con el pseudónimo de Nissan Ibrahim.

Su ejecución fue comunicada por EI a sus padres por su presunta actividad de "espía", informaron los activistas de Raqqa.

El diario británico The Independent tradujo el último mensaje publicado en el perfil de Facebook en julio pasado, donde usaba la ironía para burlarse de la guerra de los jihadistas contra el Wi-Fi e invocaba la felicidad de las "palomas mensajeras".

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