Por Antonio López

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El 2016 está en marcha, ya dejó de ser una espera y comenzó a dar los primeros pasos, y si bien la prioridad más urgente es encontrar una respuesta para los miles de compatriotas que hoy están sufriendo los rigores de la inundación, no se puede negar que el país también tiene otras necesidades para las que se deben ir dando las respuestas necesarias.

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Hoy ya con el nuevo año en camino, los miles de deseos que se fueron expresando en los últimos días del 2015, deben ir conviertiéndose en realidades, para que la marcha del Paraguay no se estanque, o por lo menos para que sean menos las piedras que se van encontrando por el camino.

Es cierto, la inundación si bien era algo que se estaba esperando, no caben dudas de que movió gran parte de la estantería de los gobiernos, tanto a nivel país como los municipios, y hoy, estos mismos gobiernos son los que deben abocarse a otras temas que también requieren de especial atención.

Quizás sea reiterativo decir que la salud, la educación, la seguridad, las fuentes de trabajo integran la larga lista de materias que deben ir siendo aprobadas por las autoridades nacionales, pero no deja de ser cierto que son aspectos que ya no se pueden tomar como deseos de que en algún momento cambien. Ya se debe hacer algo, se deben movilizar las estructuras necesarias para hacer realidad que el sistema sanitario del país no sea un suplicio para los paraguayos, para hacer realidad que miles de niños, jóvenes y adultos puedan acceder a una buena educación (y si es gratuita mejor), y que la inseguridad pase a ser una cosa del pasado, como también que los miles de marginados por falta de trabajo, pueden tener una fuente laboral que les ayude a encarar la vida con miras a un futuro mejor.

Así como hay cosas que se hicieron o se están haciendo bien, hay también muchas otras falencias; falencias que deben tener una solución en el menor tiempo posible. Se Hay que reconocer no obstante, que así como se han avanzado en muchos aspectos, otros se han estancado e incluso algunos han retrocedido, y eso habrá que revertir si se quiere un Paraguay distinto y sobre todo mejor.

Deseos hay muchos....y buenos, pero hoy por hoy ya no se puede quedar en eso, en simplemente deseos, deben volverse realidades porque eso es lo que el Paraguay necesita, realidades que marquen el camino para el despegue.

La mayor parte de las responsabilidades para que esto ocurra son del Gobierno, de las autoridades departamentales y municipales, por lo que las mentalidades de estas deben necesariamente cambiar, y apuntar al trabajo en pos de brindar una mejor calidad de vida a los habitantes del nuestro país.

Si esto no se da, si las propias autoridades no dejan de pensar en el beneficio propio, de llenarse los bolsillos, es muy poco lo que se puede esperar, y el Paraguay seguirá llenándose de deseos, y estará muy lejos de cumplir los mismos. No caben dudas de que el compromiso del cambio tiene que partir desde arriba, en manos de los que se encargan de la administración del país están las llaves para salir adelante.

Quizás en este 2016 todavía no se vean todavía los resultados del cambio de mentalidad de las autoridades, pero lo que se tiene que notar es que hay ganas de lograr el cambio, que hay intenciones de buscar las soluciones a las miles de falencias que existen en el país, y sobre todo en que ya nada quede en simples cuestiones de deseos.

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