El año no empezó de la mejor manera. Con Nery Pumpido en la dirección técnica, el franjeado arrancó el torneo Apertura, sin competencia internacional de por medio y con una gran inversión en cuanto a plantel, con la esperanza y hasta cierta seguridad, de ser protagonista. Tres partidos se encargaron de tirar todo por la borda.

Una inesperada derrota ante Rubio Ñu, un insulso empate ante Nacional y un Para Uno repleto que hirvió con una nueva derrota ante Capiatá, pusieron a Pumpido en el blanco de todas las críticas.

Dos victorias seguidas calmaron el ambiente, pero las caídas en el superclásico y el clásico blanco y negro dieron el corte definitivo de la tercera era del santafesino en Olimpia, la peor de todas. Y luego llegó el "boom".

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"CHIQUI" Y SU RACHA

El primer "golpe" de la era Trovato se dio con la designación de Francisco Arce para dirigir al plantel principal. Opiniones encontradas se generaron en la semana previa al debut, que finalmente llegó y fue con victoria. Arce estuvo trece partidos sin perder en el Apertura, hasta que Guaraní (otra vez, el Cacique) en la última fecha le sacó el invicto. El campeonato estuvo perdido desde la época de Pumpido, pero cerró el primer torneo con un honorífico cuarto puesto.

LA 40

Y Olimpia volvió a "la normalidad" en el segundo semestre del año. Con una campaña muy regular, sabiendo combinar torneo local e internacional, el franjeado estuvo la mayor parte del tiempo en la cima del campeonato, que lo coronó luego de dos tropezones que parecían volver a dejarlo sin nada y ganándole al rival de siempre en una final épica.

DEUDA PENDIENTE

Sin lugar a dudas la deuda pendiente de Olimpia sigue siendo la Copa Sudamericana. Los octavos de final son el techo del equipo de Para Uno en esta competencia. Una vez más quedó fuera en esa instancia, y esta vez el encargado de sacarlo fue el Independiente de Avellaneda.

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