Por Christian Pérez

La selección paraguaya cerró un año con balance regular, pero que da para soñar con la recuperación total. Si bien los números son fríos y haciendo un análisis global, Paraguay apenas pudo conquistar el 35 por ciento de los puntos en juego, desde la llega de Ramón Díaz, la Albirroja recuperó el carácter agresivo, con ello el respeto de los rivales, la dureza defensiva, el buen juego aéreo, la efectividad para capitalizar ocasiones y las ganas de no rendirse jamás, algo que volvió a nacer en el primer duelo de la Copa América ante Argentina, juego bisagra que encendió la mecha para el resurgir guaraní.

Aunque las estadísticas dicen que Paraguay solo ganó un juego en Chile 2015, se dio el lujo de dejar una vez más fuera a Brasil por penales y llegar otra vez a la semifinal, donde físicamente destrozado, fue humillado por la Albiceleste.

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Buen inicio, pero…

En el clasificatorio rumbo al Mundial Rusia 2018, la Albirroja recuperó el rótulo de candidato, terminó en puesto de privilegio con 7 puntos de 12 posibles, pero con la observación de que hasta ahora enfrentó a las dos peores selecciones de Sudamérica, Bolivia y Venezuela, más la alicaída Argentina, que solo ganó un partido hasta ahora.

La posición (cuarta) en la tabla actual vuelve a ilusionar al público paraguayo, que a la vez sigue un poco incrédulo y pesimista muchas veces, pues sabe que en el 2016 se vendrán los verdaderos contrincantes por el cupo mundialista como Ecuador, líder, Brasil, en alza, Chile, campeón de América y Uruguay.

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