Por Jorge Vera - @Chipi89

Año 1998. Olimpia –campeón del Apertura- llegaba al partido revancha de la final del Clausura con un 4-1 de ventaja sobre Cerro. Era casi un hecho el bicampeonto, pero un doblete de Hugo Marcelo Ovelar y uno de Gavilán, le dieron la chance al Ciclón de mandar la definición a los penales tras ganar 3-0 en tiempo normal.

Allí apareció la figura de Espínola para tapar el quinto a Walter Ávalos y allanar el camino a un "Pamperito" que cerró la tanda para que Alvarenga y compañía griten campeón del Clausura. Con Olimpia ganador del primer torneo y Cerro del segundo, había que disputar una final a dos partidos para conocer al campeón absoluto de esa temporada.

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Sin redes sociales y demás, el hincha –principalmente de Olimpia- no tardó en concluir y hacer correr la voz de que aquella final estaba arreglada con el afán de recaudar más dinero para los bolsillos de los dirigentes.

En ese entonces, tampoco existía el FifaGate ni el FBI apresando altos dirigentes del fútbol. Cuando eso Leoz era "el dirigente más respetado a nivel continental" y Napout era el director de selecciones de la albirroja y no un arrestado en Suiza aceptando la extradición a los EEUU. Es decir, cuando eso, y desde siempre, se dudaba de todo.

"Uno festejará esta noche, pero luego de la vuelta olímpica, ambas directivas tienen que replantearse todo"

¿Cómo no darle el derecho al hincha a dudar ahora con mayores y justificadas razones? ¿Cómo no darle el derecho al hincha y a cualquiera, de sospechar profundamente sobre un posible arreglo en los partidos Olimpia-Santani y Sol-Cerro para llevar a una finalísima donde se recaudará un dinero importante? Hay derecho.

La corrupción del fútbol nos hace pensar y analizar cada hecho de una manera coyuntural y diferente. Pero aquí está la cuestión. Por lo menos mi cuestión. Yo no creo en este supuesto arreglo. Si Olimpia era un equipo que durante todo el campeonato jugó a un alto nivel y llamativamente perdía ante Capiatá, General Díaz y Santaní en la recta final, lo pensaría y mucho.

Pero Olimpia nunca fue un buen equipo. Olimpia en todo el campeonato deambuló futbolísticamente. Sospecho que Chiqui, en su interior, entiende y sabe que no ha encontrado el equipo ni la manera de hacerle jugar como él desea a un plantel frondoso en nombres, pero pobre en jerarquía. Olimpia nunca garantizó nada.

Y eso quedó demostrado en estos tres partidos citados –TRES!- donde ante la responsabilidad de la situación y la presión de una multitud, no supo ganar y demostrar carácter.

Hay un alivio para Olimpia si lo miramos desde ese lado: el rival tampoco garantiza nada. Cerro posee dos claves: una es el envión anímico de llegar inesperadamente a la final y la otra es Fabbro. Sí, Fabbro.

A Fabbro podemos reclamarle todo. Regularidad, concentración, constancia, ganas, dinámica, buen ritmo. Pero hay una cosa que demostró a lo largo de su carrera… asume en los partidos importantes. Pide la pelota, no se esconde, no rehúye al protagonismo, se hace cargo. Es decir, no se caga.

A pesar de ello, Cerro viene de sacar a un técnico hace dos fechas, viene de novelas en medio del torneo con jugadores indisciplinados y de niveles futbolísticos pobres que llevaron a pensar que estaban fuera de la lucha. Viene arrastrándose en el Clausura, al igual que Olimpia.

Ninguno de los dos hubiese tenido esta chance única y esperanzadora si existía otro equipo que medianamente sea competitivo. Pero el "que mejor jugaba" fue y desechó el título en Capiatá y terminó cayendo en su cancha con Rubio Ñu.

El que colecciona campeonatos de un tiempo a esta parte, en el Clausura coleccionó empates y lesionados. Luqueño anduvo concentrado en el sueño de la Sudamericana y Nacional ni siquiera supimos en que anduvo. Hoy habrá un nuevo campeón.

Olimpia está ante la presión de no pasar un papelón histórico. Y cuando me refiero al papelón, no es perder o ganar una final ante el clásico rival, me refiero a las chances perdidas ante equipos descendidos y de mitad de tabla.

Cerro está ante la chance que le cayó del cielo. Puede lograr el bicampeonato a pesar de un plantel que se cobró un técnico más. Uno festejará esta noche, pero luego de la vuelta olímpica, ambas directivas tienen que replantearse todo, principalmente la continuidad de varios de sus jugadores.

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