"La situación de la libertad de expresión y concentración de medios ha empeorado" en Latinoamérica, advirtió Edison Lanza, Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la Asamblea General de la SIP en Charleston.
"Lamentablemente tenemos que decir que la cosa está peor y no logramos que bajen los niveles de violencia en términos de amenaza, hostigamiento y asesinatos de periodistas", sentenció.
En una sesión con motivo de la 71 asamblea general de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el relator de la CIDH se mostró demoledor en su diagnóstico sobre Cuba, del que dijo que los derechos humanos y la libertad de expresión son violados "absoluta y sistemáticamente" con un Estado que acapara el "monopolio" de los medios.
Un país que presenta, afirmó, una "situación estructural de violación absoluta de la libertad de expresión" y de "falta de pluralismo", pese al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre EE.UU. y la isla caribeña anunciadas en diciembre de 2014.
En ese contexto, el relator especial de la CIDH, que lleva un año en el cargo, aseguró que este organismo "está documentando cada una de las violaciones de la libertad de expresión", a pesar de las "escasas fuentes de información" con que cuenta.
Ahí sigue, detalló, la "práctica de encarcelamiento permanente a quienes hacen uso de la manifestación pública como un derecho a la libertad de expresión y mostrar su posición disidente", y, por supuesto, el hecho, apuntó, de que "los medios de comunicación son un monopolio en manos del Estado" cubano.
El asunto de "la concentración de los medios y la libertad de expresión, la diversidad y el pluralismo" sirvió a Lanza para definir puntos y compartir reflexiones. "Existe el consenso general, como nunca antes, de que la concentración indebida de los medios de comunicación tiene un efecto muy negativo para la libertad de expresión y la democracia", así como para la "creación de contenidos en materia periodística", puso de relieve el uruguayo.
En concreto, dijo, es "negativo para la democracia" no solo porque "reduce las voces críticas y el debate de ideas", sino porque cuando "hay medios que asumen el control y la propiedad de otros, laminan la "independencia de esos medios" y suprimen la "creación de contenidos diversos".
Una segunda reflexión en torno a la concentración de medios es la constatación de Estados latinoamericanos que "no han conseguido construir modelos y marcos normativos y políticas públicas para abordar eficazmente este problema desde una perspectiva de libertad de expresión".
Sobre esos casos dijo: en México hay una "gravísima crisis en materia de derechos humanos" que corroe al país, en Ecuador existe una "profundización en el camino del autoritarismo" y en Venezuela el "hostigamiento permanente de los pocos medios independientes que quedan".
Diseccionó a continuación la "metodología" empleada por el Gobierno venezolano para "acaparar medios" que eran de propiedad privada para "transformarlos en medios estatales o públicos", que, en definitiva, "se han convertido en medios para la promoción del Gobierno" y no de la "diversidad y el pluralismo".
El mismo modelo se constata en Ecuador, articulado "a través de distintas herramientas" y "formas creativas" como puede ser la de "enviar testaferros a adquirir empresas privadas" que eran de línea periodística independiente.
Los actos de "hostigamiento" conducen, a menudo, a la "venta de ese medio de comunicación a un amigo (empresario) del Gobierno que lo pone" bajo los alineamientos del poder, apuntó. Así, detalló, ha surgido la figura de los "empresarios amigos del poder", como es el caso del mexicano Ángel González, quien "tal vez sea el inventor de este modelo".
Un modelo que, según Lanza, consiste en "acaparar frecuencias que garantizan a los Gobiernos la tranquilidad o un espacio de docilidad y de falta de crítica y de periodismo independiente" en los medios de comunicación que el empresario controla.
Esta "técnica", como la denominó el ralator, se ha impuesto ya en países como Nicaragua, Guatemala, y recientemente en Ecuador, aunque González "lo ha intentado en otros países sin suerte".