En su nuevo libro "El disparo", el escritor habla de la realidad desangrada de su país.
Especial para La Nación por Cristian David López
Asturias - España
Poeta y observador activo de un mundo hostil, abre su nuevo libro "El disparo" con el "El bello legado", cuyo primer verso dice: "Soy un país moribundo…". Una letanía, un canto triste y quejoso sobre el destino inevitable de los hombres de su tierra ("me nacieron los hijos hambrientos del sueño americano / me nacieron analfabetos"), que no levantan cabeza porque les falta un esqueleto firme, una visión abierta hacia el mundo. Hemos de destacar el constante uso del verbo ser en la mayoría de los poemas, un verbo que simboliza lo humano, lo demasiado humano.
Con versos claros, Luis Borjas habla de temas turbios. Define la "Ciudad" como el centro del mal. En este poema, el poeta es consciente de que las calles de la ciudad "descienden en las manos del narco". Y por eso exclama: "¡Todos callamos en esta ciudad!". Así increpa a la sociedad que se mantiene muda.
Luis Borja nos presenta con distintas voces poéticas ese mundo crudelísimo que describen sus poemas. En "Maquila", una voz materna nos habla: "Soy todas las mujeres con los vientres rotos". Y en "El dorado suplicio", una prostituta, irónica y despectivamente nos dice que nosotros también podríamos "fingir la amargura del beso". Ella conoce mejor nuestra hipocresía, nuestro falso pudor, nuestro pesado orgullo, nuestro engreimiento ante la vida. Cambiar el tono poético, pasar de lo triste al humor es un arte que a Luis Borja se le da bien.
UN MUNDO SUYO Y NUESTRO
El mundo de Luis Borja es también el nuestro y este disparo de versos suyos es una llamada de auxilio ("Vivo en un país donde la bala sale /como un beso que manda la muerte"). Borja nos enseña que la metáfora de la vida no es igual en todas partes.
Y ahora, para conocer un poco más al poeta salvadoreño, le hemos formulado unas preguntas, a las que él, amablemente, ha accedido a responder:
- ¿Podrías hablarnos de los autores que influyeron en tu obra literaria?
-Claro, fíjate que Vicente Aleixandre me da una complejidad en el lenguaje, el uso de la imagen. Panero me proporciona la poetización de esa crueldad.
-Los poemas de "El disparo" describen una realidad bastante hostil, ¿ese mundo es la que habitas?
-Es una realidad que habitamos todos los salvadoreños, y no sólo los salvadoreños, quizá pecaría de atrevido a decir que es una realidad habitada por toda la región mesoamericana. Los asesinatos diarios, los robos, etc. Es una cosa que existe a diario. Tenemos que vencerla como región, ¿cómo? No lo sé.
- Los temas que resaltan en tu libro son todo lo que tienen que ver con el narcotráfico, que es una especie de cáncer que duele a Hispanoamérica en general, pero también con la miseria, con el analfabetismo, la emigración. ¿Qué sientes cuando hablas sobre estos temas? ¿Son los que más te preocupan?
-Lo que sentiría cualquier ser humano, dolor por las muertes; impotencia al no poder hacer nada. Un extrañamiento horrible, lucho por no interiorizar como "normal" todas esas problemáticas. Te acusan una angustia constante. Hay momentos en las que intentás evadirlas hablando del amor, como si eso nos salvara. Nos encapsula, nada más.
NO CAMBIA LA REALIDAD
-¿Crees que la literatura, la poesía en especial, sirve para algo?
-Creo que esa es una constante, pensar que el arte sirve para algo, claro, a veces para alimentar el ego de los artistas. Pero si con tu pregunta intentás indagar en que si el arte sirve para cambiar el mundo, pues no lo creo. Es acá que, como lo hacía en una entrevista que me hizo el escritor costarricense Warren Argüello, parafraseo unas palabras de Miguel Donoso Pareja: un poema no cambia la realidad, la puede cuestionar o rechazar; para cambiar la realidad es necesario una militancia política y una acción.
- ¿Qué otros autores de tu país nos recomendarías?
-Pues hay una cantidad enorme de autores que se pueden leer en este país, empezando por Roque Dalton, Alfonso Hernández, etc. Pero si de los escritores actuales me decís, pues también hay para escoger, podés colocar a Otoniel Guevara, Alfonso Fajardo, Noé Lima, Krisma Mancía, Allan Barrera, Erick Tomasino, Francisca Alfaro, Elena Salamanca, Rebeca Henríquez. Etc. Es bien difícil, empezar a nombrarte autores, porque uno quisiera nombrarlos a todos.